“El método Suzuki es cariñoso y amable, respeta el ritmo de cada niño, es muy personalizado y trabaja con la familia. Ayuda a formar el carácter” Blancamaría Montecinos
Santiago, Chile. Blancamaría se escribe así, como nombre completo. A pesar de ello, algunos ex alumnos le dicen Blanca, probablemente para distanciar su imagen de infancia en la que la maestra debe haber estado asociada con Blancanieves, por su atención a ellos y la entrega feliz del conocimiento.
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Las bondades del método Suzuki
Blancamaría Montecinos es dueña, directora y docente de la Escuela de Música Suzuki de Chile. Estudió piano en la Escuela Moderna de Música desde los 9 años. Luego optó por las clases de Gustavo Ruíz en el Conservatorio. Posteriormente ingresó a Licenciatura en Interpretación con René Reyes en la Universidad Católica, para seguir estudiando Pedagogía en Música en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, desde donde egresó.
Pero sus inquietudes iban más allá. Estudió canto, luego jazz con Roberto Lecaros, entre los años 1992 y 1996. Antes, en 1990, había comenzado la formación en el Método Suzuki, con profesores entrenadores reconocidos por la SAA (Suzuki Association of the Americas). Desde esa época, no paró más de capacitarse, realizando cursos todos los años en Perú, Estados Unidos, Japón y México.
Fue Presidenta de la Asociación del Método Suzuki en Chile y hoy se prepara como profesora entrenadora de otros docentes (Teacher Trainer).
Llegó al método “a través de una amiga que me invitó a conocerlo, el año 1990”. A partir de entonces, se enamoró de la disciplina, por la diferencia de metodología, la que implica un trabajo familiar amoroso.
Blancamaría cuenta que la Escuela de Música Suzuki de Chile tiene ya 15 años y ha conseguido importantes logros que van más allá de lo profesional.
“… Con alumnos y ex alumnos, algunos músicos y otros no, pero todos son excelentes personas. Sus familias tomaron la decisión de educar a sus hijos en esta filosofía, no sólo para aprendieran un instrumento, sino para desarrollar una forma de vida más armoniosa “señala, con respecto a su experiencia.
Asimismo, cuenta que el resultado ha sido valorado por la comunidad y han logrado importantes alianzas con otros centros educacionales, como la que se concretó hace unos años con la Universidad Mayor.
Pero ¿por qué las familias deberían elegir esta disciplina y no otra, para el
aprendizaje de sus hijos de un instrumento? Blancamaría asegura que el método “tiene 100% efectividad, todos los niños son capaces de aprender, está comprobado, porque se basa en la metodología del aprendizaje de la lengua materna, donde se conoce primero a través de los sentidos primero y luego, cuando el lenguaje de la música se hace natural en el niño, comienza la etapa de lectura y escritura formal” asegura.
“La razón más profunda es que es un método cariñoso y amable, que respeta el ritmo de cada niño, es muy personalizado y trabaja con la familia. Ayuda a formar el carácter” comenta.
A raíz de la importancia, para un niño de tener una sólida formación artística, la maestra asegura que el acercamiento al arte se transforma en una herramienta fundamental para el desarrollo.
“La formación artística te permite moldear el carácter, ejercita la concentración y la memoria, silencia, agudiza la compasión. El niño logra tener una formación valórica, se aprende con felicidad, con mucho amor. En términos globales, permite desarrollar las múltiples inteligencias del ser humano y comienza un aprendizaje a través de los sentidos como primer acercamiento con la enseñanza de un niño”
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