Hoy son el tema país, pero nadie ve las razones tras el actuar de los llamados “psicópatas de cuello blanco”.
Santiago, Chile. Chang, Jadue y Garay han estafado a poderosos y a gente común. Probablemente, si sólo hubiese víctimas del segundo grupo, no sería tal el impacto mediático. Probablemente. Pero al final, lo que nadie quiere ver y sería importante analizar, más que la vida y carencia de los mencionados, es el factor afrecho. “La culpa no es del chancho…”dicen y tienen razón. ¿Todavía los chilenos no nos damos cuenta de que somos nosotros, como sociedad, quienes alimentamos a los cerdos? A ver si recorremos la historia, así, rapidito como en una columna de opinión, para visualizar lo que sucede en nuestro país.
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Varios historiadores han señalado que quienes vinieron a conquistar lo que ellos pensaron eran las Indias, en realidad vinieron a “hacerse la América” (Sí, definitivamente los dichos populares son sabios), a buscar riquezas, porque habían sido exiliados de su propia tierra, por mala conducta, por decirlo de forma elegante. La ambición siempre fue el móvil y el daño hecho a los habitantes que se encontraban por estas latitudes, es más que conocido. Lo cantó Violeta y luego tantos otros han realizado versiones.
“Un día llega de lejos
huescufe conquistador
buscando montañas de oro
que el indio nunca buscó
al indio le basta el oro
que le relumbra del sol
levántate Curimón”
Entonces, lo que quedó, conquistó y colonizó la famosa larga y ancha franja de tierra, no fue lo mejor y en los genes transmitió la ambición a su descendencia. Siglos más tarde, vendría la colonización empresarial, que no trajo demasiadas ventajas para los locales, salvo una esclavitud mal pagada, en la mayoría de los casos.
Estamos acostumbrados a creer en los que muestran ambición, los que andan en el “manso auto”, la “mansa casa en la Dehesa”, porque les da status y es valioso. El chileno le muestra respeto a los cargos que implican ganancias. Los demás, no tienen valía. Bueno, salvo los que estén relacionados con la curia. Religiosos y acomodados, el prototipo de las personas respetables en nuestro país. Ahora, si apareces en la tele…wouw, te mereces la gloria.
El que tiene los mejores ingresos del país, se atiende en los mejores centros médicos; el que no, espera hasta que haya un cupo en un hospital, si su salud lo permite, sino irá directamente a otro lado más silencioso. El que tiene recursos es dueño de ISAPRES Y AFP, los demás los ayudamos a hacerse ricos y los celebramos. Y para ser franca, no importaría si el que no está interesado en convertirse en millonario tuviera opciones para no sentirse miserable, pero no, si no tienes recursos, no te respeta nadie.
Para muestra de nuestras conductas aspiracionales, como sociedad ¿sabes cuántos alumnos entraron este año a Ingeniería Comercial en las universidades nacionales? 7.750. Fue la carrera con más ingresos. Imagina los que quedaron fuera. ¿Será que todos aman las empresas, tienen pasión por los números o la economía? Me imagino que conoces la respuesta.
Gente como Chang, Jadue o Garay seguirá existiendo mientras subamos a un pedestal a los que tienen la economía como bandera para la felicidad, ignorando los valores que realmente importan en el ser humano y que se relacionan con la solidaridad, el crecimiento en conjunto para satisfacer todas las necesidades y crear equilibrio (en todas la áreas, incluida la económica) y el valor del espíritu.
Mary Rogers