Civilicémonos es una invitación a mejorar nuestros hábitos, para situarnos en el lugar en el que creemos que estamos.
Santiago, Chile.- Civilicémonos. Nos creemos cuicos (sin saber lo que el COA dice del término), nos reímos del Rotómetro, inventado y re-inventado en varias oportunidades para separar aguas. Seguimos pensando que somos superiores porque nos educamos en tal o cual colegio y la verdad es que somos la misma cosa, la misma nada que pretende ser algo per se, superando al del lado, en vez de ser parte de un todo.
En un país donde la depresión está a la orden del día, necesitamos civilizarnos, mirar al del lado y considerarlo como parte nuestra, dejar de mentir, dejar de aparentar y elevar la vista hacia valores que perduren más y que nos enriquezcan como seres humanos ,algo que nadie nos puede robar.
Civilicémonos invita a realizar una serie de acciones básicas para subir en el escalafón de nuestro “No somos nada”, tan chileno y tan persistente a la vez; implica cambiar actitudes, sin promoverlas, sólo cambiarlas.
Civílicémonos sugiere responder a la propuestas diciendo “gracias, por ahora no me interesa” en vez de dejar de responder, como si nadie nos hubiera escrito
Civílicémonos es una invitación a salir del supermercado “dejando el carro en la fila de los del carros”, en vez de sumarlo a los espacios ocupados del estacionamiento.
Civílicémonos es una invitación a saludar al vecino, saludar al desconocido en el ascensor, ofrecerse a ayudar al que lleva muchos paquetes o al anciano que va a cruzar la calle.
Civílicémonos invita a dejar de mentir cuando no se quiere continuar una relación – laboral, emocional- diciendo la verdad en vez de darle excusas poco creíbles. La verdad duele una vez, la mentira duele por mucho más tiempo.
Civílicémonos propone dejar de tocar la bocina cuando el que va delante nuestro se demora un poco más de lo que esperamos.
Civílicémonos es dejar de envidiar al del lado y tratar de ayudar al que realmente tiene carencias; es una invitación para enseñarle a nuestros hijos a respetar todo y a todos; a valorar el trabajo de los demás y también sus decisiones.
Civílicémonos es una invitación a convivir mejor, a recuperar al ser humano que llevamos dentro, a dejar de luchar por tener más que el otro, demostrar más que el otro, ser más que el otro, porque, la verdad sea dicha, todos nos vamos, tal como llegamos, aferrados sólo al amor, a la esencia que, te guste o no, es la misma en todos. M.R.