El experto argentino, Alejandro Formanchuk comparte con CaféVirtual su visión del tema
La Comunicación Interna es una herramienta indispensable para impulsar la innovación corporativa, en especial aquella que es generada por todos los empleados de la empresa. Sí, por todos los empleados.
Estoy convencido de que hay que sacar a la innovación de un área o sector y transformarla en ADN de toda la organización. Y si bien está perfecto que una empresa tenga un “Área de Innovación”, lo importante es que no crea que sólo ese sector debe o puede innovar. Abrir la innovación es democratizarla y sólo cuando forma parte del trabajo cotidiano se convierte en cultura y de este modo la transformación es sustentable.
Nosotros trabajamos con muchos clientes en Iberoamérica para que puedan transformar la innovación en cultura. Un modo de lograrlo es impulsando el desarrollo de “Intrapreneurs”, o sea colaboradores que adoptan una actitud y una práctica de emprendedores internos. Colaboradores que exploran, experimentan, proponen, hacen prototipos, testean, aplican y llevan adelante ideas para mejorar los resultados de su propio trabajo, equipo, sector o de toda la organización.
Hoy innovamos sobre modelos organizacionales y de mercado que son mutantes. De una Era Simple pasamos a una Era Complicada, y finalmente estamos en la Era de la Complejidad donde se necesita colaborar, integrarse de forma horizontal y potenciar el networking. Eso mismo sucede a nivel de Comunicación Interna, Era a la que yo denomino Cocreada. La empresa y su comunicación tienen que pensarse en clave Co-Lab.
Lo que necesitamos
Sin una buena Comunicación Interna es imposible desarrollar la innovación y cultura intrapreneur, y te quiero compartir algunos de las claves con las cuales encaramos estos proyectos para que puedas aplicarlas en tu propia organización:
– Explicar qué es Innovar y por qué tenemos que hacerlo: Cuando la empresa habla de innovación, a la gente se le disparan mil ideas diferentes y muchas veces desenfocadas acerca de lo que significa ser innovador. Los clichés no ayudan. El típico cartel con la lamparita de luz no ayuda. Tenemos que comenzar por lo básico y difícil: comunicar concrétamente qué significa innovar, por qué la empresa necesita hacerlo y por qué se necesitan intrapreneurs.
– Generar buena comunicación grupal: La innovación es una tarea conjunta, no de un iluminado solitario. Para innovar hay que reunir personas, generar equipos y tienen que escucharse, respetarse, debatir, combinarse, ensamblar ideas y remixarlas, descartar, elegir, votar, convencer, iterar, avanzar, cumplir y demás verbos. Tenemos que brindar herramientas de Comunicación Interna que les permitan avanzar y no morir en el intento.
– Brindar reglas de juego claras: La empresa tiene que confiar en sus intrapreneurs y tiene que hacérselo saber. Algunos mensajes clave que solemos comunicar: El proceso de innovar es tan importante como el resultado. Todas las ideas son buenas porque se busca, además de prototipos, desarrollar actitudes. Innovar no es un juego sin reglas. Las ideas tienen que ser aplicables, la innovación debe ser factible.
– Preparar a los líderes para lo que se viene: Tenemos que explicarles que dirigir en exceso un proceso de innovación es contraproducente. Hay que cuidar que la dirección no mate la creatividad. Además hay que comunicarles algo muy “incómodo”: los intrapreneurs desafían la estructura clásica, se meten dónde no los llaman, cuestionan las formas de hacer, hackean y hacen preguntas incómodas, y la más incómoda de ellas suele ser: ¿Por qué se hacen las cosas así? La mayoría de las empresas no están preparadas para la actitud outsider. La Comunicación Interna debe facilitar estos espacios de disrupción.
– Destruir ideas destructivas: A veces la empresa cree que innovar es algo que la gente tiene que hacer cuando tiene tiempo libre y no está “trabajando”. Pero innovar no es una actividad recreativa. Se buscan resultados en serio (por eso muchas veces proponemos que la empresa desarrolle Aceleradoras internas y Funding Boards) y se busca también transformar el pensamiento disruptivo en ADN, cultura, esencia organizacional.
– Romper reglas y hablar del error: En los grupos de innovación la jerarquía clásica no aplica. No importa de donde viene las ideas, sino las ideas. No importa tu cargo, tu edad, tus estudios ni tu historia. Por eso es recomendamos armar grupos multicolor y mezclar cargos, edades, experiencias, antigüedad en la empresa, etc. Además, los equipos van a equivocarse y fallar. Y tienen que poder seguir adelante. Aprender del error, hablar de lo que falló, no buscar culpables… Nosotros lo llamamos SmartFail, y de hecho desarrollamos una metodología de trabajo para llevar adelante el proceso de aprender de los errores.
– Alentar la comunicación ágil y las ideas descentralizadas: Hay que pensar rápido, comunicar la idea rápido y aplicarla aún más rápido. Comunicación Interna directa, precisa, sin blablablá ni brillantina retórica. Pensar diferente requiere comunicar diferente. Y no es un slogan de marca deportiva. Innovar te lleva a entender que las “ideas propias” se desvanecen y mixturan en el grupo apenas salen de tu boca. Nadie es dueño de nada. Todos somos cocreadores de todo. Una comunicación poderosa donde ese poder no busca marcar lo bueno o malo, ni normalizar nada (como decía el gran Foucault), sino abrir la posibilidad de repensarse.
– Formar, capacitar y entrenar: La innovación requiere formación. Nosotros impulsamos algunas de estas dinámicas y entrenamientos: Design Thinking, Customer Development, Creación de Océanos Azules, Lean Startup, Antifragilidad, Disruptive Innovation, SmartFail, Open Innovation, PechaKucha, Elevator Pitch, GrowthHacking, SharkTank…. Muchos términos en inglés, lo sé. El desafío es que estas herramientas sean aplicables y que no parezca una moda de Silicon Valley y que nos queremos hacer los Trendy-Cool-Hipsters.
– Comunicarse con el “exterior”. La innovación necesita de comunicación efectiva para la integración de los partners entre los que destaco a) Consumidores, que proponen ideas a través de plataformas de crowthinking y recursos a través de crowdfunding. b) Free-lancers, Free-Riders, Outliers, personas que inventan y crean startups que aceleran la innovación interna. c) Los ya mencionados intraprenuers o EIR (Entrepreneurs in Residence), d) Coo-petitors, competidores que pueden ser colaboradores para ciertos proyectos e) Y por supuesto los actores más clásicos como Universidades, ThinkTanks, Gobierno, Centros de Investigación, etc.
Comunicación interna: caso de Aguas Andinas en Chile
Hace unas semanas, con Imagine Creativity Center, estuvimos trabajando junto a Aguas Andinas en Chile en el desarrollo de proyectos de innovación internos. Te quiero compartir los ejes fundamentales de cómo llevamos adelante este programa, el cual también aplicamos en los últimos años en España y América Latina para empresas y partners como Unilever, La Caixa, Microsoft, Samsung, Google, Cintel y Ministerio Tic de Colombia.
EQUIPOS: Se armaron grupos con empleados de la empresa y además se convocaron personas externas. Hibridamos innovación de ambos mundos, que en definitiva termina siendo uno solo. Como bien dice mi amigo Joan Costa: los públicos son segmentables pero no estancos. Las personas de cada grupo no se conocían previamente. Tampoco eran hiper especialistas en el desafío que tenían que resolver. Justamente se buscaban ideas nuevas, con visiones de outsiders.
OBJETIVOS: Los grupos, 3 de 3 personas, no trabajaron en el vacío sino a partir de desafíos concretos que se definieron previamente en Aguas Andinas. La innovación debe partir siempre de una situación problemática, de algo que no está bien, que pica o duele.
TIEMPO Y LUGAR: Trabajamos durante 1 semana en diferentes ciudades de Chile: Santiago, Castro (Chiloé), Puerto Varas… El movimiento potencia la acción. Las jornadas comenzaban 8am y terminaban 12pm. Se dormía poco. Como dice Xavi Verdaguer, “dormir está sobrevalorado”.
FASES: Trabajamos con 4 fases: repensar los problemas, idear soluciones, desarrollar prototipos y comunicarlo. Cada fase con fecha de inicio y final. Cada fase con mentores especializados. Por ejemplo, para el prototipado fuimos a trabajar al AguasLab, un espacio de innovación que Aguas Andinas tiene en el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Universidad Católica. Tremendo edificio diseñado por el crack de Alejandro Aravena. En ese mismo espacio interactuamos con la Universidad y utilizamos su FabLab para desarrollar los prototipos de los proyectos que los necesitaban.
PRESENTACIÓN: Los 3 proyectos finales se presentaron en Aguas Andinas y allí un grupo de líderes de la compañía eligió un ganador. El resto de los proyectos no “perdieron”, sino que van a ser repensados para implementarlos en el futuro. Idea interesante: el manager se convierte en inversor, padrino, socio.
Vamos a ponerle color a todas estas ideas. Te comparto unas fotos de todo este trabajo y al final un video lindísimo de resumen. Hay una parte muy divertida donde nos vas a ver a los mentores metidos en un tanque de agua caliente escuchando ideas… Era un SharkTank literal.
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