En viaje: Bulgaria

El pequeño país europeo tiene numerosos encantos para el viajero que gusta conocer culturas ricas y diferentes

Bulgaria. Ubicada en Europa del Este pareciera conquistar a los artistas. El encanto de sus aldeas y su cultura prometen magia real y hacen que las personas quieran volver. La gentileza de sus habitantes, la naturaleza y sus ciudades antiguas, son una grata sorpresa para el viajero.

Bulgaria se ubica en la zona de los Balcanes y se encuentra entre Grecia, Turquía, Rumania, Serbia y Macedonia. Al este limita con el Mar Negro, por lo que tiene océano, bosques, montañas y lugares apasionantes.

En algunas de sus ciudades, puedes cruzar de un lugar a otro sobre una carreta conducida por cualquier anciano que no dudará en llevarte sólo por tener compañía. Además, si entonas alguna melodía él o ella también cantarán para ti.

Qué hacer en Bulgaria

La capital de Bulgaria, Sofía, concentra a la mayor cantidad de población del país. Otras ciudades como Varna o Burgas son bastante populosas también.

Durante el verano europeo, muchos artistas jóvenes se congregan en Rila, una ciudad al sudoeste del país, para asistir al encuentro de música juvenil (Rila Music Exchange), lo que se convierte en un atractivo general para los turistas. El lugar se encuentra ubicado en una hermosa zona montañosa y su gente es muy amable con el visitante.

Los trenes y autobuses son los medios de transportes más usados en Bulgaria. Vale la pena utilizar los primeros porque son baratos, aunque muy antiguos pero efectivos.

Además de recorrer los paisajes y conocer a su gente, una de las actividades que motiva a los viajeros es el trekking y senderismo que se realiza en grupos con guías.

Si vas a Varna, de seguro te recomendarán visitar el acuario, el monasterio, la iglesia y los locales nocturnos. Como en cualquier ciudad un poco más grande, encontrarás varios lugares turísticos, sin embargo la recomendación es acercarte a los centros donde puedas disfrutar de una conversación con la gente o de conocer sus costumbres.

Visitar Bulgaria es volver un poco al pasado, un viaje al romanticismo de lo esencial. Vale la pena.