“Escucha Corazón” revive los años sesenta y una apasionada historia de amor, de esas que nunca pasan de moda
María Eugenia Lorenzini – que no es la fotógrafa, pero sí es su prima- tiene a su haber varios años de narraciones. Profesora de Castellano, de profesión, el año 1994 comenzó su actividad literaria con la publicación de la novela Después de Ayer, que causó gran impacto, siendo llevada al teatro por la argentina Mónica Bongiovanni, en más de una oportunidad en Buenos Aires. Luego vendría Sewell, luces: sombras y abandono, el año 2003 y numerosos cuentos, artículos y colaboraciones.
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Escucha Corazón, su novela más reciente, cuenta dos historias paralelas que comienzan a fundirse. María Graciela es actriz de radioteatro e interpreta a una joven llena de conflictos. Enamorada de un peón, debe ocultar su pasión ante el padre, que no permitirá la relación. Por su parte, ella se siente cada vez más identificada con el rol protagónico. Su matrimonio, una relación plana y de dominio por parte de Rubén, su marido (“Vaya, ¿así es que tenemos aires de independencia?” repetirá en más de una oportunidad ) será el escenario que gatille una nueva historia de vida para María Graciela, con todo lo que el riesgo, emocional y social, podría significar para una mujer de esa década en nuestro país.
La novela fluye con facilidad. Cada capítulo está precedido por un pequeño libreto del radioteatro, casi una sinopsis de lo que sucederá en la trama real. Los escenarios del libreto y de la actividad social de los actores, están bien ambientados y llevarán a a muchos a la nostalgia del Santiago de esa época, con su tardía bohemia y sus cambios ad-portas.
En la narrativa de Lorenzini no hay pretensión alguna, salvo contar la historia, lo que hace de la novela una obra grata, que bien podría ser un clásico de la literatura romántica nacional. C.V