Nos tomamos un café virtual con la autora del libro “Insolentes” para hablar de sus protagonistas, que también son las nuestras
Eva Debia entró a estudiar periodismo como una forma de acercarse a la escritura, algo que, según confiesa, “fue parte del anhelo romántico e inalcanzable, la posibilidad de publicar”. Heredó de su abuelo – un Gran Maestro de la Masonería que escribía ensayos y cuentos- la pasión por la literatura. Ésta fue ganando espacio en su interior y el resultado práctico ha sido la publicación de cuatro libros. Poemario Capital (2014), Retazos (2016), Tránsitos Urbanos (Filacteria, 2018) e “Insolentes” (CESOC, 2019), un libro que tomó años de investigación.
Insolentes aparece en un momento clave para el país, un período en el que el rompecabezas social busca rearmarse con firmeza y piezas reales, no con trozos de sobrantes de otros puzles que no encajan bien.
El libro y sus protagonistas, mujeres que dejaron huella en la cultura de Chile, viene a recordarnos que somos nosotras las que hemos conseguido los cambios importantes a nivel social y político a lo largo de los años y lo seguimos haciendo. Las insolentes, las que se atrevieron a escapar a la norma, abrieron la puerta para que nosotros continuemos con el trabajo y consigamos la igualdad necesaria para el equilibrio y el bienestar de todos.
De Insolentes y su creación, hablamos en “Un café virtual con Eva Debia”
¿Cuánto tiempo investigaste para este libro?
Uffff… Cuantificar es complejo porque el libro fue armándose por etapas. Empecé a investigar la vida de personas relevantes en el mundo de la cultura para un proyecto de revista que tuve en el 2012. Empecé a escribir sobre mujeres a las que he admirado siempre (la Edit Piaf, Alfonsina Storni, Hipatia de Alejandría) y en ese tránsito investigué a algunas chilenas como la Teresa Wilms, la Gabriela Mistral y la Marta Colvin… El proyecto no prosperó pero me quedé con estas ganas de saber más sobre la vida de otras mujeres referentes para la cultura contemporánea de nuestro país… Perdón, soy muy dispersa, vuelvo a tu pregunta: si tuviera que cuantificar aproximadamente cuánto tiempo estoy metida investigando a cada chiquilla, han de ser unos dos meses, aproximadamente. Es súper relativo, igual, pero eso se explica que haya demorado tanto en publicarlo: ¡siete años!
¿Por qué eligiste a estas 16 mujeres?
Porque sentí que necesitaba entregar hilos de conocimiento más allá de lo que muestra la pantalla o la oficialidad. En la vida de las artistas, poco se aprecia el fuero interno, y los procesos creativos nacen precisamente a raíz de las experiencias vividas. Se ve el glamour, la belleza, la fuerza o, en el plano contrario, caemos en el comidillo morboso de la farándula. Estas 16 mujeres amaban su llamado, su vocación, con tanta potencia que pusieron en jaque en más de algún momento su vida personal. Las admiraba en el plano artístico y me enamoré de ellas en cuanto a mujeres, mientras las iba conociendo.
Con tanta historia femenina diferente ¿cómo logras hacer el proceso de selección final?
Cuando cerré la revista que te comentaba, tenía tres biografías de mujeres chilenas y un esbozo de la de la Violeta, porque escribí sobre un reportaje sobre el clan Parra. Sentía que necesitaba ampliar el abanico artístico, y fue un poco angustioso hacer una selección. Finalmente, separé el libro en cuatro capítulos porque creí necesario abordar distintas ramas culturales; así, en este libro escribí solamente de poetas y se me quedaron fuera las dramaturgas y las novelistas (por ejemplo), o me enfoqué en las escultoras dejando en segundo plano a las pintoras. Se me quedaron muchas Insolentes en el tintero digital, pero estoy trabajando para visibilizarlas pronto…
¿Hay alguna con la que te sientas más identificada?
Uffff! Cuando era más chica y descubrí la poesía de la Teresa Wilms, sentí una sincronía potente con su literatura y su temática (es que hubo un tiempo en que me creí poeta maldita, jajaajaja!) Pero creo que me quedé con estas 16 mujeres porque en sus vidas se refleja muy bien la vida de cualquier mujer. En facetas distintas, creo que en el ejercicio sororo de escribirlas fui calzándome sus zapatos y preguntándome qué habría hecho yo en su lugar ¿Habría vuelto de Europa si la hija pequeña que no tengo muriera? ¿Sería capaz de abandonar a mi familia para seguir mi carrera profesional? O, al contrario, ¿lo abandonaría todo por cuidar la salud de un familiar amado? ¿Tendría el valor de parir el fruto de una violación? ¿Cuánto debo buscar respuestas espirituales en las religiones? ¿Tendría el coraje de pararle los carros a un dictador? ¿Sería capaz de ver el escenario político en el que estoy inmersa y podría marcar los límites a tiempo? En el fondo son preguntas contingentes, muy femeninas y súper feministas… En el camino, me identifiqué con todas y cada una, precisamente por lo mismo.
¿Encontraste alguna sorpresa en el proceso de investigación, algo que jamás te hubieras imaginado?
Creo que la interconexión entre ellas me deslumbró. La Violeta comadre de la Margot; las escultoras compañeras de trayecto y maestría en Europa; la generosidad de la Anita González frente a los últimos años de la Silvia Piñeiro; la amistad de la Gabriela con la Matilde Ladrón de Guevara (aunque claro, ella era amiga de todo el mundo, jajajaajaa). Terminé el libro bordeando mis 40, y pucha, me pasó que en el viaje de descubrir la vida cronológica de cada una, la mayoría de ellas vivieron un cambio de piel importante en la llamada mediana edad. Algunas pudieron surfear bien el proceso, otras no tanto. Pero en sus replanteamientos me vi super reflejada, también, y eso fue una sorpresa extra.
¿Por qué la gente debiera leer Insolentes?
Hay razones para todos los gustos… Porque si eres hombre te servirá para entender a las mujeres en general de modo liviano y casi sin querer queriendo. Porque si eres mujer, te vas a identificar con la vida de quienes fueron conocidas por sus obras pero ahora desde un plano íntimo. Porque si eres joven, vas a entender que las libertades expresivas que hoy tenemos es gracias a la porfía de valientes como las que están reflejadas en estas crónicas; porque si ya estás viviendo el segundo tiempo de tu vida conoces sin duda (aunque sea de oídas) a la mayoría de las Insolentes y si no, a quienes están en su entorno… Porque el libro es una puerta de entrada para conocerlas y para entenderlas, pero de rebote nos sirve para entender y conocer la historia del país durante el siglo XX.
La publicación de cualquier libro hoy es bastante compleja ¿Cómo llegaste a la editorial?
Llegué de puro insolente. Primero los contacté por mail y luego en una feria en el GAM me acerqué a Julio, el editor de CESOC, y le dije que tenía un libro que calzaba justo con el perfil de la editorial. Él me miró de medio lado y me preguntó si todo estaba acreditado con fuentes ya que ellos no publican narrativa ni ficción; hicimos enganche rápido, tuvo el ojo de entender la urgencia feminista del momento y confió en el texto de inmediato. Eso sí, me pidió que sumara más chiquillas, ya que originalmente eran 12 y no 16… Menos mal que lo hizo, porque ese requerimiento me llevó a sumar a la Guadalupe del Carmen, por ejemplo, de la que me enamoré profundamente.
¿En qué estás hoy?
Además del ejercicio del periodismo en una revista técnica vinculada a la industria del packaging en Chile, soy docente en la Universidad de Las Américas e imparto algunos talleres de lectura y escritura. Con la Caro Brown nos adjudicamos un Fondo para seguir con nuestro podcast de entrevistas literarias y feministas lo que nos tiene hiper felices, y estoy en proceso de investigación de otras mujeres, porque la historia de nuestro país se ha construido gracias a la insolencia femenina.
Mary Rogers G