Halos o el ejercicio del amor

Santiago, Chile.- Jueves, 19:00 horas. El Espacio Udenetum bulle. Numerosos artistas, periodistas , diplomáticos y amigos se reúnen para asistir al lanzamientodel libro Halos de Carmen Fulle. La amplia vegetación del lugar es el escenario perfecto para introducir los que será la muestra de obras de la artista. De pronto, las conversaciones se acallan y la sala principal del lugar se llena de un silencio expectante.

Mientras Elga Pérez Laborde, periodista y docente de la Universidad de Brasilia, introduce a los asistentes en el mundo alucinante de Carmen, hasta los más conocedores de su obra se sorprenden a ratos por toda la vida y la pasión que surge en el telón, al desfilar las imágenes. Siempre una sorpresa, siempre una historia tras los ojos, la sonrisa o el gesto. Moda, publicidad, fotografía viajera, fotografía digital, arte puro, arte.

Es difícil encontrar las palabras exactas para definir la fotografía de Carmen Fulle. Sólo alguien que ha visto lo mejor de esa especialidad puede hacerlo. Entonces llega el turno del Dr. Gonzalo Leiva Quijada, del Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile, especialista, entre otras cosas, en Fotografía Chilena. Podríamos mencionar sólo algunas de sus frases, sin embargo el texto completo, digno de otro artista, refleja muy bien lo que la obra de Carmen provoca.

Halos o el ejercicio del amor

Por

Dr. Gonzalo Leiva Quijada, Instituto de Estética, PUC de Chile

“La visualidad construye un sistema de representación que acoge bajo determinados códigos al lenguaje de la imagen fotográfica. La fotografía se instala en nuestro país como una de las primeras manifestaciones de la visualidad que es capaz de elaborar un sistema de representación específico. La gracia representacional se manifiesta cuando dichas imágenes construidas libre de convenciones observan como un niño en su primer descubrimiento de la realidad, un asombro palpitante y sensiblemente reedificador que se instala con este libro. En efecto, el libro “Halos” en 154 páginas, recoge el dulce palpitar del viaje. Halos constituye un bálsamo en los ojos en la ciudad de la furia, hoy plagada de lamentos y calamidades. Halos es una luz-invitación a un bosque acogedor, para detener la mirada, rellenar los pulmones de la solaz libertad.

En el siglo XIX, la fotografía buscaba percepciones y tópicos comunes dentro de una racionalidad controladora de la realidad, pero se comienza a dar cuenta que prontamente es desbordada por el descubrimiento de la subjetividad y la alteridad. Es en este preciso contexto que se instala el trabajo “Halos” realizado por Carmen Fulle, un transitar por la floresta de esperanzasque establece un nuevo bosque como modelo de lo posible, donde las marcas de los mundos imaginados determinan profundas ensoñaciones ensambladas. El bosque no es solo el lugar referencial, es una apertura hacia lo cósmico, una toma de conciencia que genera crecimiento, aumento de luz y de color para dar con justeza visual la posibilidad de generar un mundo propio. Al igual que cada árbol al comenzar a evidenciar las marcas de su estructura y jerarquía. La obra de los árboles de Carmen trasunta el ejercicio del estudio, donde el sinfín se constituye en este universo acotado de espesuras, la propia atmósfera realiza el control de luz incidente y de relleno para que estas arboledas se constituyan en la escenografía neoclásica de una tragedia donde todos los follajes son aparentemente iguales pero si uno se acerca se ven actitudes y voces distintas.

Que se ama cuando se ama? Dice el poeta Gonzalo Rojas, nos queda claro que ama Carmen: el resplandor de la eternidad que desciende como belleza sobre el mundo, el bosque como es espacio de acopio de ternuras. Así soñamos mientras recordamos.

Como habitantes del mundo de la soledad, la luz, el color y el bosque son un reconforte para nuestros cansados huesos que buscan su lugar en la tierra, una oportunidad de iluminar para otros los frutos del eterno halos que extiende sus fuerzas germinales por doquier. El libro es una prueba de la lección de amor que nos compete al extender la luz de la sabiduría. Carmen presenta de manera temprana su deseo de registrar el deseo jubiloso de la vida, en el registro fotográfico deja una huella de lo visible, la apertura de un mundo de intimidad como el ingreso al gran bosque, en silencio aurático, múltiples momentos donde ella registró este despliegue de la belleza, este afán tan profundo para ser felices como seres de luz, movimiento, silencios, imágenes.

Revisa las fotos (de Claudia Bello) del lanzamiento en el Slideshow. Si quieres conocer los nombre, posiciona el mouse sobre la imagen