El método Suzuki es más que una disciplina, una filosofía para la vida
Santiago, Chile.- Asistir a una presentación de método Suzuki es como estar invitado a una gran reunión familiar. Se siente la calidez y el apoyo de todo el grupo a los alumnos que se presentan, sean muy pequeños o adultos. Es que además de una técnica de aprendizaje musical, el método Suzuki es una filosofía que integra a la familia y la fortalece. De hecho, cuando los niños son muy pequeños, el padre o la madre los acompañan en clases y aprenden a motivar a su hijo, en la música y en la vida.
Desarrollo de habilidades y talentos
La idea es que los chicos tengan clases individuales y grupales. Las primeras servirán para un trabajo específico personal y las colectivas permiten que el alumno ponga en práctica lo que ha aprendido junto a otros alumnos, acostumbrándose a escuchar a los demás y a ser soporte de un buen resultado común. La disciplina, el respeto y el disfrute son educación para la vida.
¿Dónde nace?
El filósofo, educador y músico Shinichi Suzuki fue quien, tras varios estudios, aseguró que la habilidad musical era más que un talento, una destreza que podía ser desarrollada.
“Cualquier niño a quien se instruya correctamente puede desarrollar una habilidad musical, y este potencial es ilimitado” fue su máxima y su filosofía ha influido en la cultura oriental y occidental. Así, el Dr. Suzuki planteó las bases de un aprendizaje más afectivo y natural, exponiendo a los niños a los sonidos musicales desde pequeños y en forma lúdica.
A pesar de todas las bondades del método, no es extraño encontrar cierta reticencia al sistema en los músicos tradicionales. Blancamaria Montecinos, directora de la Escuela Suzuki y pionera en la disciplina en Chile nos explica por qué.
“Es que piensan que los niños no aprenden a leer música, pero sí lo hacen. Es igual que la lengua materna. Primero los bebés escuchan del entorno, aprenden naturalmente y más tarde aprenden a leer” asegura.
La familia como soporte
El método Suzuki se funda en el respeto básico de la persona y en todas sus potencialidades. Se habla de la “educación del talento”, porque cualquier niño puede educarse en el talento y desarrollarlo. Y la experiencia a nivel mundial demuestra que todo ser humano tiene la capacidad de aprender y que no es sólo un privilegio de algunos. Así, en varios colegios del mundo, las clases de música se integran al método como un plus para potenciar la capacidad de aprendizaje general. En la capital, los colegios Santiago College y Nido de Águilas imparten el método ofreciendo cello, violín y piano, mientras que en la Escuela Suzuki, además de los instrumentos, se accede a “estimulación temprana”.
Cabe señalar que los instructores del método están perfeccionándose constantemente, como parte de la filosofía.
Los beneficios son evidentes: desarrollo de potencialidades, motivación, disciplina, relación familiar e inmersión en el mundo musical y finalmente, más allá del método, una buena pregunta de Shinichi Suzuki, para aplicar en el cotidiano “¿Qué es el sentido último del hombre en la vida? Hay que buscar el amor, la verdad, la virtud y la belleza”
Blancamaría Montecinos y sus alumnos ( lectura musical )
Extraordinaria persona y maestra Blancamaría, gran labor la que hace en Chile. Realmente el método Sizuki como empoza este artículo, es comobestar en una gran familia, es un método que une continentes, gracias a este método yo conocí a Blancamaria en 2002 en USA, y ella fue mi contacto con América Latina, vaya que somos una gran familia, tenemos amigos por todo el mundo al igual que nuestros alumnos.