“Me gusta escribir ficción de gente normal y corriente, no me gustan las historias de personas perfectas ni las ideologías que acortan los vuelos y los sueños personales”.
El hombre flaco canoso y la mujer de las cejas pintadas, segundo libro de la autora y primero publicado con Editorial Forja, está conformado por doce cuentos que transcurren en distintos lugares de Chile y del mundo. Relaciones humanas, amores y desamores, relatos que transitan por historias de niñez y adolescencia, de relaciones de pareja, de ternura y compañerismo, de lealtades, de aventuras a bordo de barcos en ríos y mares, de mujeres presas, de abuelas y nietos, de padres e hijos, de tortura y de sueños cumplidos y por cumplir. El libro será presentado el 26 de agosto a las 12:00 por los escritores Catalina Infante y Gabriel Dukes.
Maria Elena Santolaya es médico pediatra e infectóloga, profesión a la que ha dedicado la mayor parte de su vida, sin embargo, desde niña la ha apasionado la literatura. “Aprender a leer ha sido una de las cosas más importantes que me pasaron en la vida, porque desde ahí pude yo misma ponerles forma, color e imágenes a las historias”. Si bien ha escrito desde pequeña, fue en el 2019 cuando decidió adentrarse en este mundo que siempre la cautivó. “Pasaron cosas en mi vida que me hicieron tomar conciencia de lo finito de nuestro tiempo. En esa lucidez supe que no podía postergar más este sueño. Comencé a escribir con esperanza, con pasión, con una cierta terquedad de sacar adelante las historias profundamente humanas que me motivan”.
Escuchar historias es parte de su oficio, la pediatría, lo que le ha permitido involucrarse y emocionarse con las vidas de los pacientes y sus familias. “La pediatría nos muestra la vulnerabilidad del ser humano y eso hace que la vida se perciba con mayor sensibilidad, además de mostrarnos uno de los sentimientos más puros al que me ha tocado enfrentarme, que es el amor entre los padres y los hijos, y el abandono más brutal al que también trabajar con niños nos lleva, conociendo como a veces la infancia puede ser de desvalida”.
Quizás es por eso que le gusta ficcionar las historias del día a día, porque para ella, la ficción es necesaria para soñar y salvar la cotidianidad. Los temas que seducen a Maria Elena Santolaya tienen que ver con las relaciones humanas, con los personajes corrientes, con los conflictos internos. Le interesan los personajes, sus vivencias, sus historias, sus emociones y sentimientos. “Una ternura casi sobrenatural abriga a los personajes de estos cuentos, alimentada sin duda por la suavidad con que la prosa de María Elena se desenvuelve en cada relato, incluso al contar los momentos más trágicos a los que nos puede enfrentar la vida”, dice Pablo Simonetti sobre la obra de la autora.
“La prosa de María Elena Santolaya tiene aplomo, decisión, es esencialmente narrativa. La docena de cuentos que componen El hombre flaco canoso y la mujer de las cejas pintadas poseen este brío narrativo. Los temas de este libro son diversos y variopintos, desde los de raigambre rural, que alcanzan altos niveles de sensibilidad y ternura. Donde descolla la prosa de nuestra narradora, es en aquellos donde aborda la sensibilidad femenina, adolescente o infantil, como ocurre en ‘¿De qué color son tus ojos?’, ‘Lazos blancos’ o ‘Ni flores ni agua’, que constituyen finísimos y perspicaces estudios de la naturaleza femenina y que alcanzan una decidida hondura narrativa”, dice el escritor Gonzalo Contreras.
“¿Por qué conmueven los personajes de estos cuentos? ¿Dónde se enquista la emoción? Es la ternura, quizás el estoicismo, el sencillo amor, cierto desamparo, cierta tenacidad, cierta soledad sin redención. Es el secreto de los gestos, la vida muda, las luces, las ganas de seguir, esas pequeñas alegrías silenciosas”, comenta el escritor Pablo Azocar.
María Elena Santolaya nació en Rancagua, Chile. Ha tenido una vida profesional ligada al Hospital de Niños Dr. Luis Calvo Mackenna y a la Universidad de Chile. Publicó su primer libro de cuentos, Tercer tiempo, en el año 2020 y ahora con Editorial Forja nos presenta su segunda obra, El hombre flaco canoso y la mujer de las cejas pintadas, un puñado de historias que sorprenderán al lector haciendo que se emocione, sonría, suelte alguna lágrima, se incomode o se sienta perturbado.