Karin Himmel* nos lleva nuevamente a recorrer la ciudad. Esta vez, también nos da algunos tips imperdibles
Marruecos.- Cuando dimos por finalizado l tour por Esauira, nuestro guía propuso ir a almorzar a un restaurante con vista al mar. A poco andar nos dimos cuenta que no sólo tenía vista al atlántico. En lugar de palmeras lo que rodeaba a estas playas eran cientos de araucarias. ¡Qué combinación tan insospechada en este lugar del mundo! En Chile, combinar mar con araucarias es impensable.
Hacia el valle de Ourika enfilamos en nuestro tercer día en Marrakesh. Lahcen , el guía, comentó que nuestra primera parada sería en la casa de una familia bereber. Los bereberes son personas pertenecientes a un conjunto de etnias autóctonas del norte de África. Se estima que la población mundial bereber alcanza los 65 millones, la mayor parte en Argelia y Marruecos. En Europa solo alcanza los 6 millones de habitantes.
Nos detuvimos en una curva donde no se veía mayormente ninguna vivienda. La construcción estaba hacia el cerro. Me pareció muy similar al camino a farellones. Subimos y nos encontramos con una casa hecha de adobe, ladrillos y con todas sus puertas abiertas.
“ Así son los bereber,” comentó el guía.”Aquí todo el mundo es bienvenido. Los dueños de casa te invitan a comer y a beber todo lo que se cocine y prepare ese día, sin esperar absolutamente nada a cambio.”
Si estábamos cansados, comentó Lahcen, nos podíamos tender y dormir un rato para luego seguir nuestro camino como si nada. Como buena chilena, me costo entender eso, por lo que le pedí que me lo repitiera por si lo había entendido mal .Finalmente me convencí.
En el primer piso de la casa nos encontramos con dos vacas y una cabra. En el segundo piso estaban los dormitorios de la familia y una sala especial para los viajeros de paso. Animales y personas vivían dentro de la casa en perfecta armonía.
La dueña del lugar, una mujer que apenas nos divisó, no dejó de sonreírnos. Gentilmente nos hizo pasar a su sala y nos ofreció cuanto tenia para comer y beber. ¡¡¡Qué manera de sentirnos acogidos!!! Sobre la mesita teníamos pan, mantequilla y miel, productos de elaboración propia. Para refrescarnos dijo en su lengua, que nos prepararía la especialidad de la casa, su “ whisky”. Esto resultó ser el mejor té con menta que hayamos probado en la vida. Luego nos hizo una clase magistral de la elaboración del té , principal bebida de Marruecos.
Uno de los tantos detalles que me emocionó fue que la anfitriona posaba y sonreía como la mejor modelo de Sábados Gigantes promocionando algún producto. ¡Qué mujer tan bella! No pude dejar de decírselo. Me senté a su lado para una foto y ella apoyó su cara contra la mía. Adorable.
Es interesante saber que las labores de casa, las realizan de igual forma tanto hombres como mujeres. Aquí no se hacen distinciones.
Nos despedimos muy agradecidos de tantas atenciones y disimuladamente puse unos euros en la mano de mi nueva amiga bereber.
Continuamos nuestro recorrido por este hermoso valle en busca de los famosos fósiles. Al ser un sector tan montañoso, Marrakesh es conocido mundialmente por tener estas piezas en excelente estado. Las más características son los trilobites, (del latín tres lóbulos). Estos son una clase de artrópodos extintos antes de la llegada de los dinosaurios, en el Paleozoico , hace aproximadamente 542 millones de años.
Al detenernos en un puesto donde ofrecían piezas únicas, comenzó la transacción comercial donde logramos obtener fósiles en excelente estado y a precios muy razonables.
Es divertido ver en estos puestos improvisados que están a un costado del camino, como los comerciantes -en este caso bereber- están tan al día con las formas de pago. Podíamos pagar en efectivo o con cualquier tarjeta de crédito.
En el camino que conduce a la ruta a para ir a esquiar a Oukaimedene, nos encontramos con unos dromedarios.
Los habían llevado hasta ahí, para que los turistas pudieran pasear o tomarse fotos con ellos. Lahcen nos comentó que el valor de un dromedario fluctúa entre los 10 mil hasta los 30 mil euros. También nos dijo que su leche es muy recomendable para las personas que sufren de diabetes. Su carne se puede comer, pero además de ser muy cara, no es blanda y su sabor es bien intenso. Personalmente no quise vivir esas dos experiencias, me bastó con lo que nuestro amigo nos había contado.
De vuelta en Marrakesh
De regreso a Marrakesh, no nos quisimos perder de visitar el museo de Yves Saint Laurent. El lugar donde residía el diseñador junto a su socio y pareja Pierre Berge, es prácticamente una manzana completa.
Este museo consta de tres partes. La primera es la muestra de vestuario y joyas del gran diseñador (su tamaño es menor a la muestra de París), pero igual de impactante; la segunda corresponde a un museo bereber, donde se encuentran los trajes y joyas étnicas mas hermosas e impresionantes que uno pudiera imaginar; en la tercera y última parte se ubica Jardín Majorelle. Enormes bambús , piletas con peces de colores y una vegetación verdaderamente exuberante forman parte de este lugar.
Entendí a la perfección el amor que ambos , tanto Yves como Pierre, tenían por este lugar.En el caso de Saint Laurent es imposible no inspirarse con semejante contraste de colores, donde priman por sobretodo el azul intenso y el amarillo , en conjunto con la más increíble gama de verdes que se encuentran en el jardín.
La fila para comprar las entradas a este lugar, les recomiendo hacerla por el sector del museo, y no por el acceso hacia el jardín.
Se puede entrar sólo a una parte del museo, por ejemplo , únicamente a Majorelle. Pero si estas ahí, visita la muestra completa. El valor, visitando todo es de 18 euros por persona.
Se acercaba el momento de la despedida
Nuestro guía nos comentó que si queríamos llevar algunos regalitos para Chile, la forma mas cómoda para mi – que no me gusta el regateo-, era ir a un centro comercial de unos cinco piso,s ubicado en el centro de la ciudad. La particularidad de este lugar, es que tiene todos lo precios fijos, es decir , marcados en cada producto. Me pareció genial su oferta, por lo que accedí de inmediato.
En este especie de mall encontré desde manteles, cojines, zapatos , carteras, adornos de metal , lámparas e incluso alfombras de todos los tamaños. También esos caftanes tan hermosos que visten las mujeres aquí. En fin, todo lo imaginable y lo no imaginable estaba en ese lugar. Lo más interesante es que los precios eran realmente convenientes. Me traje varias cosas para la casa y uno que otro regalito para la familia y amigas.
Y no nos podíamos ir, sin visitar un lugar donde pudiéramos ver la danza del vientre. Lo curioso es que yo era la mas entusiasmada. Hicimos la reserva en un famoso lugar llamado “ Palais Jad Mahal.” Al entrar, me impresionó de inmediato un par de señoras que nos recibieron con la mejor de sus sonrisas y sobre su cabeza , una gran bandeja repleta de velas encendidas. Más adentro, la decoración era de película. Un detalle, en todos los restaurantes de Marrakesh que visitamos: está permitido fumar. Verdaderamente un tema . Nos tocó, en más de una oportunidad, comer sumergidos en una nube de humo. Pero en fin. Había que abandonar esa lucha y mejor cambiarse de mesa.
Se escucharon los primeros acordes. Hizo su aparición triunfal una morenaza de pronunciadas curvas. ¡Qué manera de moverse! Derecha, izquierda, derecha, izquierda. Luego, unos movimientos ondulantes. Era como si esas caderas cobraran vida propia. Más tarde empezó a doblarse hacia atrás , dejando las caderas con un movimiento tan rápido, que parecía le hubieran dado un golpe eléctrico. Yo, que había visto en más de una película este sensual baile, preparé lo mas rápido que pude mi dirham- moneda local-, para colocárselo cerca de la cintura. Al verme buceando en mi cartera, la bailarina se me acercó en el acto. Le puse billete y a partir de ese minuto no existía nadie más en ese restaurante. Parecía que su danza era sólo para mi. No se me despegó hasta un buen rato y posaba mostrando sus velos para que la fotografiara. Me sacó a bailar. Y si, soy una mujer con personalidad, pero honestamente habría hecho el soberano loco batiendo mi enjuta humanidad al lado de esa diosa Marroquí.
Llegó el momento de irnos. Nos volvíamos a París. Pero con la mente y el corazón cargados de nuevas y excitantes emociones y experiencias. Nos llevamos muchos momentos para recordar y el afecto recibido por esta cariñosa gente, que jamás olvidaremos.
Bueno, partí este viaje con ustedes , diciéndoles que conocer Marruecos había sido siempre mi sueño y
hace poco escuché algo que me hizo mucho sentido . “ Uno se merece lo que sueña.”
Hasta la próxima.
Algunos datos útiles :
Recomiendo nuestro guía absolutamente. Se ajusta muy bien a los días que estarás y saca el mejor partido del tiempo para recorrer. El presupuesto es conveniente.
Centro comercial con los precios fijos en los productos:
Ets Bouchaib
7 derbBaissi boutouil BP 297, Marrakesh
Si les gusta caminar de noche por la ciudad, busquen un hotel que quede por ese sector.cerca de ña Medina. Es muy seguro y vale la pena. Nosotros quedamos bastante lejos, por lo que sólo podíamos ir en auto.
10 dirham , la moneda Marroqui, equivale a 1 euro.
Aceptan euros en todas partes.
Museo Yves Saint Laurent
Karin Himmel en Marruecos
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Karin Himmel en Marruecos
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Palais Jad Mahal
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Jardin Majorelle
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Karin Himmel* es diseñadora, cuentista y viajera incansable