Mediterráneo

MEDITERRÁNEO CUMPLE CINCUENTA AÑOS

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El escritor Mario Valdovinos nos invita a recordar el clásico Meditarráneo que celebra su cincuentena

Recuerdo muy bien la primera vez que escuché un tema de Serrat. Fue por vía radial, mientras enceraba el piso de la casa familiar en la que vivíamos mis padres, mi abuela materna y cinco hermanos.
Fue la canción Tu nombre me sabe a hierba y quedé detenido sobre las relucientes baldosas. Por supuesto el cantante se refería a la hierba…la que nace en el valle a golpes de sol y de agua… y no a la otra, la fumable.

Serrat
Serrat

Como siempre hay un después, innumerables después, comencé a leer acerca suyo en las revistas Rincón Juvenil y Ritmo que le dedicaron portadas, entrevistas y reportajes. Todo aquello coexistía junto a la NuevaOla, The Beatles y  La Nueva Canción Chilena. Serrat se abrió camino sin golpe alguno, tal como ocurre con la fama efímera tras un par de canciones, provisto nada más que de una sensibilidad tan auténtica como arrolladora. Yo había podido comprar su LP dedicado a Antonio Machado que conservo aún aunque ya carezco de tocadiscos y años después lo vi en los recitales, varios, que dio en el país en el Estadio
Nacional, tras la dictadura, a uno de ellos asistió el presidente Aylwin, de quien nunca se supieron sus gustos musicales, entre innumerables aspectos de su personalidad que jamás se conocieron.

El año de Mediterráneo


Mediterráneo es del año 1971 y los arreglos musicales no son de Ricardo
Miralles, el músico catalán que lo ha acompañado durante décadas, sino de Juan Carlos Calderón y de Gian Piero Reverberi. El álbum incluye diez temas, nueve pertenecen a Serrat y el décimo, el último de la serie, al poeta
español, exiliado en México, León Felipe. Se trata de Vencidos, un bello texto que recuerda el regreso a casa de Alonso Quijano, don Quijote de la Mancha, acompañado del buen Sancho, volviendo a casa tras sus innumerables
derrotas:
Hazme un sitio en tu montura, caballero del honor, hazme un sitio en tu montura y llévame a ser contigo, contigo, pastor. Qué tema.


Por otro lado, si me obligaran a elegir solo dos canciones de Joan Manuel para escucharlas en la mítica isla desierta, a la que por supuesto jamás nos iremos, bien, me llevo Señora y Penélope, sin olvidar Cuando me vaya.
Qué demonios, Santas Pascuas y A la vejez viruelas, como aún se exclama en España y en Chile.


En Mediterráneo aparecen los temas Aquellas pequeñas cosas, Tío Alberto, Qué va a ser de ti, Vagabundear, y quizás el más simple y magnífico, Barquito de Papel, cuya letra apareció durante décadas en libros de lectura dedicados a la enseñanza básica y en los que navegaron muchos niños y niñas sensibles, quienes fabricaron con las hojas sobrantes de sus cuadernos barquitos que navegaban por las acequias, teniendo en su imaginación la certeza de que todos llegarían al mar.

El mediterráneo
El mediterráneo

Sé, cómo no, que ahora mayor, mayorcito se dice en Chile, ha cantado junto a Sabina, lo que prueba que Serrat perfecto no es y su sólida y extensa obra poético musical incluye discos en catalán, bastante inacesibles para mí
que de catalán nada sé. Al mismo tiempo, quizás su mejor álbum es A Miguel Hernández, en mi opinión una joya absoluta.

Según las fotos actuales, con su crueldad, está calvo y con papada y el vibrato que siempre ha tenido en la vocalización de sus canciones ha sido llevado a extremos inaudibles. Pero todo aquello importa poco. En el álbum Mediterráneo aparece el tema Lucía, dedicado a Lucía Bosé, con quien tuvo un romance. Despedirse de una mujer con una canción así…

Mientras oigo por centésima vez el álbum, en formato CD, pienso en las olas del mar Mediterráneo moviéndose hacia la costa, sin prisa pero sin pausa. Sé que entre los surcos está el tema Aquellas pequeñas cosas, esas que están ocultas y cuando las hallamos agazapadas les dan a nuestros dedos recuerdos.

mv. junio 21

 

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