Qué hay tras los millones de sitios web que nacen, crecen y mueren todos los días en la red
Santiago, Chile.- Pago por ver, suena a película de vaqueros, porno o juego de cartas. Este artículo no toca ninguno de estos temas, aunque de alguna forma sí lo hace. Las tres instancias mencionadas podrían entrar en el concepto de entretenimiento, pero todo puede hacerlo, de acuerdo a quién sea el receptor de la información. De manera que el título se asocia directamente con lo que abordaré a continuación.
Todos los días nacen miles o millones de sitios web en la red. Al mismo tiempo, otros miles o millones mueren y lo hacen por varios motivos. Sin embargo, la razón principal es la falta de financiamiento, la ausencia de pago por parte de quienes se benefician con la información y/o el entretenimiento proporcionado. Y si bien, una de las mayores ventajas de la era digital es la democratización de la información, también es cierto que tras la generación de la misma, hay personas que dedican su tiempo y expertise en producir y publicar contenido.
Los que tenemos una vocación por la comunicación, comenzamos estos sitios con cierto idealismo. Mostrar lo que sucede en diversos ámbitos del mundo es la consigna. Hacerlo bien, formar un equipo y disfrutarlo, el camino. El trabajo es arduo y motivador, pero llega el momento en que nos falta tiempo y ganas. Una labor remunerada es la fuente que recibe nuestros mayores esfuerzos y el ideal comienza a decaer. Luego, el sitio peligra y finalmente desaparece.
Valoración
Aquí llegamos a un asunto que sigue siendo poco tratado o poco aprehendido en la comunidad latinoamericana: la valoración del trabajo intelectual. Estamos acostumbrados a dar por sentado que todo lo que aparece en la red debe ser gratis. De alguna forma, volvemos a ser como los niños, esas criaturas a las que se les pregunta dónde nacen y crecen pollos y verduras, y responden “del supermercado”. No hay consciencia del trabajo, ni del esfuerzo tras cualquier emprendimiento. Si bien, el movimiento intelectual no es algo que se pueda medir, su resultado sí. ¿Por qué, entonces, nos vanagloriamos de bajar películas, canciones y artículos gratis? ¿Por qué cuando pedimos la actuación de un músico en un evento, tratamos de pagarle un mínimo diciendo que es “un ratito no más”? ¿Un mueblista, un conductor o un profesional cualquiera le regala su trabajo?
Pago opcional
Leyendo hoy The Guardian veo un aviso que, probablemente se repita en otros medios. “A diferencia de otros, no hemos puesto una barrera de pago- queremos mantener nuestro periodismo lo más abierto posible. Apóyenos con $6.99 dólares por mes”
Y hablamos de un periódico importante de Reino Unido.
En nuestro caso – y en el de muchas revistas- todos somos colaboradores, por lo que, a veces, boletines y actualización toman un tiempo (esto a raíz de un grato “reclamo” de una lectora. Escribió para preguntar por qué no llegaba el boletín desde hace un mes y motivó este artículo. Se agradece el gesto.). Por ello, si alguien quiere colaborar o publicitar alguna actividad puede contactarse con nosotros. También está la posibilidad de visitar a nuestros auspiciadores, si los temas publicados son de su interés.
Finalmente, esta es una reflexión que, espero, sirva . Es tiempo de valorar a los autores, intelectuales, académicos, artistas y creadores de todo tipo. Cada cosa, cada movimiento tiene un valor fundamental para la vida y felicidad de la comunidad. Ojalá también pueda tener un pago.
Mary Rogers G
También te puede interesar:
Si quieres niños inteligentes y emocionalmente sanos, acércalos al arte
Un café virtual con Vivian Lavín, periodista y escritora