El autor despliega en esta obra la faceta desconocida de su pluma, un humor memorable.
Si leíste El palacio de la risa o Carne de perro, donde el autor hace gala del magistral manejo de la escritura, en la mezcla de narradores, en el conocimiento de una historia patria terrible y su presentación literaria, Tal vez sí, tal vez no, definitivamente te enamorará de Germán Marín.
Si bien ya se ha comentado en varios medios, la historia de vida de la Nona, personaje al cual el libro se refiere, el ritmo de la narración y también su tono dan como resultado escenas memorables.
La Nona
La Nona, una mujer físicamente grande y de personalidad correspondiente a su estatura, invade cada espacio en el que se desenvuelve. Asimismo, arrasa con las personas que se atraviesan por su vida, dotada de un egocentrismo que, lejos de molestar, encanta al lector. Sus aventuras son numerosas y, a ratos tan absurdas como cuando se instala en una esquina a preguntar a los transeúntes de una población marginal sin son delincuentes, ya que ella necesita un trabajo de “sin violencia” como explicará luego en la comisaría, que no se puede leer más de una página sin esbozar una sonrisa.
Algunas licencias del divertimento
Otra de las curiosidades del libro es el lugar donde ocurren los hechos: una ciudad donde se mezclan Santiago, Buenos Aires y Barcelona. Es decir, la Nona vive en un barrio, pero al cruzar la calle se encuentra en el barrio de otro país. Por lo mismo, entre las libertades literarias que se toma Marín en este divertimento, figuran un par de neologismos para unir estos escenarios.
El público reconocerá fácilmente los personajes que rodean y co-rotagonizan las situaciones que ocurren en Tal vez sí, tal vez no– las vecinas, el almacenero, los integrantes de una comunidad de edificios- y disfrutará de encontrarse con pensamientos de la Nona que más de alguna vez ha tenido, pero que jamás confesará.
El autor
German Marín nació en 1934. Es autor de las novelas Círculo vicioso, Las Cien Águilas y La ola muerta, que componen la trilogía “Historia de una absolución familiar”. También de Carne de perro, El Palacio de la Risa, Fuegos Artificiales (obra censurada en 1973), entre otras. Además es autor de El circo en llamas, edición prologada y anotada de la obra crítica de Enique Lihn, así como de Antes de que yo muera, instantáneas de una vida. Ha sido reconocido en numerosas oportunidades, entre ellas con el Premio de la Crítica de la Universidad Diego Portales y el Premio Atenea de la Universidad de Concepción.
