Por Martina López, Investigadora de Seguridad informática de ESET Latinoamérica.
Con el paso del tiempo las tecnologías y los métodos de trabajo han impulsado una sociedad digital en la que la ciberseguridad se ha convertido en un pilar fundamental. Si bien el cibercrimen existe desde las primeras amenazas informáticas en la década de los 80, la colaboración siempre ha sido clave para evitar el avance de los atacantes.
Pero el concepto es ambivalente, puesto que la colaboración también aplica entre actores criminales para potenciar y evolucionar sus amenazas, haciéndolas más sofisticadas y dañinas a lo largo de los años. No cabe duda que hoy estamos más expuestos a nuevos métodos y amplias superficies de ataques, ya que el mundo consume y se mueve en torno a lo digital a través de distintos dispositivos móviles.
Lo cierto es que, si hay apoyo entre ciberdelincuentes, también debe haberlo entre las compañías, empresas de seguridad y estados. De esta forma, la industria de la ciberseguridad fortalece el intercambio de conocimientos sobre amenazas para seguir educando a los usuarios digitales para que puedan evitarlas. La investigación ha permitido sentar base para el desarrollo de nuevas tecnologías y medidas de seguridad.
Contrarrestando el cibercrimen con comunicación
El progreso tecnológico está abriendo nuevas puertas a los atacantes del ciberespacio, y si bien en un principio el objetivo no era económico; sino simplemente descubrir formas de malware; obtener reconocimiento o generar daño, con el paso de los años, los hackers descubrieron en el cibercrimen un nuevo modelo de negocio donde existen salarios, roles, tareas específicas y sitios en redes con alto nivel de anonimato como la dark web.
Por estos motivos, el intercambio de datos y apoyo sobre amenazas es clave para contrarrestar a los actores maliciosos. Para ello, la industria hoy cuenta con disciplinas como Threat Intelligence, encargadas de procesar grandes cantidades de datos y conocimiento para mejorar los procesos de seguridad, plataformas y desarrollos de código abierto con el apoyo de usuarios e incluso agencias gubernamentales que proporcionan información.
Intercambiar información, crear conferencias, organizaciones e impulsar el trabajo de investigación es esencial en este nuevo entorno digital. Gracias a ello, podremos progresar y desarrollar mejores tecnologías de seguridad. Lo cierto es que se necesita de más concientización, explicar la importancia de la colaboración para desarrollar nuevos productos y educación para impedir que los ciberdelincuentes sigan creando nuevas y exclusivas formas de robar nuestros datos.
El camino no será fácil, sin embargo, con el apoyo de diferentes actores y los análisis de las nuevas tendencias informáticas, podremos combatir, efectivamente, al mundo del cibercrimen.
Colaboración ESET